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El papel de la mujer en la agricultura

Aunque el desarrollo industrial y tecnológico es evidente, la agricultura aún tiene gran importancia en la economía debido a su contribución a los ingresos de exportación del país, el empleo y los medios de subsistencia. Aunque rara vez se menciona, las mujeres aportan una gran parte de la mano de obra agrícola. Las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONUAA, 2016), muestran que las mujeres representan una proporción sustancial de la fuerza de trabajo agrícola, como productoras de alimentos o trabajadoras, y que aproximadamente dos tercios de la fuerza de trabajo femenina de los países en desarrollo participa en el trabajo agrícola.

La información presentada por la ONUAA deja en claro que, en conjunto, los países de bajos ingresos – donde la producción agrícola sigue utilizando una gran densidad de mano de obra – también tienden a presentar los porcentajes más elevados de población económicamente activa (PEA) femenina en el sector agrícola. Estos porcentajes también se asocian al aumento de la emigración masculina hacia actividades no agrícolas, por lo cual aumenta la participación de las mujeres en la parcela familiar o en la producción de cultivos comerciales, así como en las actividades de elaboración de alimentos, con el fin de incrementar los ingresos de la familia.

Países como Bangladesh,  Bhután, Camboya, China, la India, Myanmar, Nepal, Pakistán y  Vietnam tienen porcentajes particularmente elevados de mujeres que trabajan en el sector agrícola, las estimaciones correspondientes oscilan entre el 60% hasta un 98%. En efecto, casi en todos los países asiáticos la PEA femenina en la agricultura es más elevada que la masculina. Estos resultados son todavía más significativos dado que los datos de la población económicamente activa en el sector agrícola tienden a excluir el trabajo no remunerado que realizan las mujeres rurales. Si se incluyera el trabajo no remunerado, las cifras del empleo femenino en la agricultura serían todavía más altas.

Investigaciones recientes revelan asimismo un incremento constante en América Latina de la participación femenina en la agricultura. En esta región se percibe en los últimos 20 años un considerable aumento del número de hogares rurales encabezados por mujeres, que suelen ser la principal fuente de ingresos de sus familias y por lo general trabajan en la agricultura.

En casi todos los países en desarrollo, las mujeres dedicadas a la agricultura cumplen importantes funciones porque contribuyen a la seguridad alimentaria del hogar, obtienen ingresos, cuidan a la familia, se ocupan de la gestión de los recursos naturales y la biodiversidad, si bien su eficacia en el desempeño de estas funciones a menudo depende de las limitaciones que tengan de acceso a la tierra, mano de obra, capital y tecnología. La investigación indica que si bien las mujeres predominan en el comercio agrícola interno o regional, la participación masculina suele ser más activa en la comercialización de productos.

La seguridad alimentaria y el bienestar de la familia son, por lo tanto, importantes razones para proteger o incrementar el acceso y el control de las mujeres sobre la tierra y otros recursos productivos. Diversos estudios demuestran que cuando los recursos están a cargo de las mujeres es más probable que se utilicen para incrementar el consumo de alimentos, la protección y el bienestar general de la familia, así como a reducir la malnutrición de los niños. De esta manera,  el acceso a los insumos agrícolas y a otros factores de la producción, desde una perspectiva de género, es una medida muy importante y decisiva en la elaboración de todo programa o política destinados, en última instancia, a mejorar la seguridad alimentaria o a combatir la pobreza.

En este sentido la incorporación de la mujer va más allá de su papel como agricultura, pues es necesario que en esta industria existan especialistas femeninas. Universidad Da Vinci de Guatemala cree que para alcanzar total igualdad en este campo es necesario que las mujeres se involucren en los puestos directivos, como Ingenieras Agrónomas. Es por ello que buscamos la inclusión en nuestra Facultad de Ciencias Agronómicas.

En Da Vinci estamos comprometidos con la equidad en la educación.

Fuentes de Consulta:

García; Zoraida. (2016). La contribución de la mujer a la agricultura. Italia: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONUAA).

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    Franco gonzales dice:

    ElpepeXD

    Pablo Tubay dice:

    es muy buena la explicación ademas me gusta mas por la imclucion de la mujer como parte importante y fundamental de nuestras vidas