El efecto pigmalión en el aula
“Cuando nos comunicamos con nuestros alumnos, muchas veces no escuchamos, ni empatizamos con ellos”. -Magnolia Consuegra-
Los estudiantes pasan la mayoría de su tiempo en la escuela, muchas veces no son escuchados en su casa o son encasillados por sus padres, yo me pregunto, ¿cuántos docentes saben que sus palabras condicionan lo que el alumno pueda hacer o sentir qué puede lograr?
El efecto pigmalión consiste en lo que los demás nos comunican, sus expectativas con respecto a nosotros, logrando así ser influenciados por ellos sin que nos demos cuenta, “la imagen o expectativa del futuro que el educador tiene en relación con el alumnado influyen en su comportamiento”.
Es decir, que los docentes con sus comentarios, con lo que esperan de los estudiantes, cuando dan alguna responsabilidad en el aula, cuando creen que son capaces de hacer algo y confían en ellos, les dan herramientas para que ellos crean en ellos mismos. Prácticamente podríamos decir que es una profecía autocumplida, que nuestra percepción de los demás tiene también un efecto en ellos.
El proceso de aprendizaje se ve influenciado por las relaciones interpersonales y las emociones en el aula, es por eso que el efecto pigmalión es una herramienta positiva para los docentes, si lo aplicamos de la forma adecuada y reconocemos la importancia de la imagen positiva de los demás.
Efecto Pigmalión
Como vemos en este esquema es una respuesta al estímulo que le damos al estudiante como docente, creemos que el alumno tiene potencial, creamos situaciones de aprendizaje que lo orienten hacia un aprendizaje y con eso logramos que el alumno tenga un aprendizaje significativo y desarrolle confianza en él y sus habilidades.
El docente debe contribuir a que los alumnos tengan autoconceptos positivos por lo mismo debe fortalecer su propia autoestima.
Como docentes o profesores debemos tomar en cuenta algunos aspectos:
- Centrarse en las fortalezas del alumno no en sus carencias.
- Adaptar las tareas a las posibilidades del alumno.
- Asumir que todos tenemos capacidades.
- Enseñar que el error forma parte del proceso de aprendizaje.
- Adoptar una perspectiva optimista y un estilo más positivo (ya sabemos que nuestras creencias condicionan nuestros comportamientos).
Robert Rosenthal y Lenore Jacobson, citados por Cooperrider y Subirana (2013), realizaron un estudio y observaron cuatro factores que hacen posible que se observe un cambio en el estudiante:
- Se genera un clima emocional más cercano.
- Se les enseñaba más materia.
- Se les preguntaba más a menudo.
- Se les elogiaba más.
Concluyeron que los estudiantes aumentaron sus habilidades porque el adulto que tenían de referencia creyó que ellos eran capaces de destacar en la materia.
En conclusión, el efecto pigmalión puede ser positivo y negativo, pues como su efecto es en las emociones del estudiante y su comportamiento, así como nuestras palabras tienen poder en nuestros alumnos, así debemos de detenernos a escuchar la forma en las que les llamamos la atención o en el momento en el que los corregimos.
Debemos de reconocer que nuestros estudiantes tienen habilidades y cualidades únicas, si aplicamos la mirada apreciativa hacia nuestros estudiantes y los aceptamos tal y como son, lograremos un efecto positivo en ellos y estableceremos un vínculo seguro con nosotros como adultos y docentes, así lograremos que ellos puedan dar lo mejor de sí mismos.
¿Crees que el efecto pigmalión en el aula es un aporte positivo para el aprendizaje de los estudiantes?
Fuente: Cooperrider, D. y Subirana, M. (2013). Indagación apreciativa. Barcelona, España: Editorial Kairós.
Las actitudes de los docentes hacia los alumnos, las expectativas hacia ellos y el trato que les brindamos explican y predicen el comportamiento y su desempeño.
Es muy interesante la información para los docentes.
Así debe de ser, creer en los niños les pisibilita creer en si mismos, si nadie más lo hace, nosotros como maestros tenemos la oportunidad de hacerlo