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La nutrición y el desarrollo en Guatemala

Una alimentación deficiente durante los dos primeros años puede causar desnutrición crónica, lo que implica dificultades para el desarrollo físico y mental. Si una mujer está desnutrida durante el embarazo, o si su hijo está desnutrido durante los dos primeros años de su vida, es muy posible que los niños manifiesten estas complicaciones a lo largo de toda su vida. Para combatir los altos índices de desnutrición del país y garantizar el desenvolvimiento pleno durante la infancia, es necesaria una nutrición integral. 

 

Más de la mitad de las muertes de todos los niños a nivel mundial (Unicef; 2015) están relacionadas con la desnutrición, que debilita la resistencia del cuerpo ante la enfermedad. Guatemala ocupa el sexto lugar de desnutrición crónica a nivel mundial y presenta la mayor prevalencia en las Américas. 

 

El estómago del niño es mucho más pequeño que el de una persona adulta, y por ello no puede ingerir la misma cantidad de alimentos que un adulto en una sola comida. Sin embargo, sus necesidades energéticas y de crecimiento corporal son mayores. En caso de los infantes, se recomienda que coman porciones pequeñas pero constantes. Desde los seis meses de vida y hasta los dos años, los menores necesitan alimentarse al menos cinco veces al día. Después de sufrir alguna enfermedad, los infantes deberían de añadir un tiempo de comida más a su rutina. 

 

Es importante notar también que las comidas de los chicos no deben de replicar las de los adultos y que el objetivo de la alimentación consciente no es solo quitarles el hambre. Como punto clave, los guardianes deben procurar que consuman platillos ricos en vitamina A, para resistir las enfermedades y evitar deficiencias visuales. Cuando los niños no consumen una cantidad suficiente de vitamina A corren el riesgo de contraer ceguera nocturna. Esta se puede encontrar en frutas y legumbres, aceites y productos lácteos. Otra variable nutricional importante es la sal yodada, que evita discapacidades de aprendizaje. 

 

También, las dietas de los niños deben incluir alimentos ricos en hierro, que se encuentran presentes en el hígado, las carnes poco grasas, el pescado y  los huevos. Esto evitará que el niño padezca anemia. Los síntomas de esta deficiencia incluyen palidez de la lengua, las palmas de las manos y la parte interior de los labios, cansancio y dificultades para respirar.   

 

La anemia es el trastorno alimentario más frecuente en todo el mundo. En Guatemala afecta al 32% de los niños menores de 5 años (FANTA; 2017). Al mismo tiempo, Guatemala está presentando un aumento repentino de sobrepeso y obesidad en adultos. Las contrariedades del panorama nutricional guatemalteco y sus altos índices de desnutrición son alarmantes. Universidad Da Vinci de Guatemala asume el reto de cambiar el panorama mundial, y lo hace formando profesionales competentes y con responsabilidad social. La Licenciatura en Nutrición está diseñada para que sus egresados impacten en el país y respondan a las necesidades de desarrollo y del mercado.    

 

Fuentes de Consulta 

  • Unicef. (2015). Para la Vida. New York: Estados Unidos. 
  • Woldt, Mónica. (2017). La Malnutrición en Guatemala: Frenando el desarrollo de nuestro país. Guatemala: Food and Nutrition Technical Assistance (FANTA). 

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    Elizabeth dice:

    Excelente información sobre esta triste realidad de los niños en nuestro país