Universidad Da Vinci de Guatemala | Educación que transforma

La enfermería es una de las profesiones de más rápido crecimiento a nivel mundial pero la demanda está superando la oferta y una importante escasez de enfermeras se avecina en el horizonte. Según la Kaiser Family Foundation, líder en análisis de políticas de salud y periodismo de salud, solo el 9% de la fuerza laboral total de enfermería son hombres.

La discriminación de género con respecto a la profesión de enfermería ha tomado muchas formas. Por ejemplo, desde 1901 hasta 1955, solo las mujeres podían servir como enfermeras en el ejército de los Estados Unidos. No fue hasta que el presidente Eisenhower firmó el Acta Bolton que enfermeros  podrían servir en las fuerzas armadas. Ya en 1982, a los hombres no se les permitía asistir a algunas escuelas de enfermería patrocinadas por el estado, una práctica que fue considerada inconstitucional por la Corte Suprema de los Estados Unidos (Mississippi University for Women v. Hogan).

El estereotipo de Enfermero

En un estudio desarrollado en conjunto con el Instituto de Enfermería y Atención Médica de California, la Coalición para las Carreras de Enfermería en California y la Asamblea Americana para Hombres en Enfermería, los investigadores intentaron articular más claramente los problemas en torno a los pocos  hombres en enfermería. Cuando se les preguntó sobre sus miedos a optar por esa carrera, la mayoría de los encuestados mencionaron los estereotipos como el principal desafío.

Los principales estereotipos presentados por el estudio fueron:

• La percepción de que los hombres que trabajan en el campo  de enfermería están ahí para servir como “músculo” para sus colegas mujeres: levantar pacientes, trapear pisos, etc.
• La idea arcaica de que no es una profesión digna de un hombre.
• Que los hombres son incapaces de cuidar y criar.
  

En un artículo que apareció en la edición de enero de 2013 del American Journal of Nursing, los autores Brent MacWilliams, Bonnie Schmidt y Michael Bleich examinaron la capacidad de la profesión para reclutar y retener hombres en las universidades y en la fuerza laboral. En el proceso, identificaron los principales desafíos para los hombres que ingresan o trabajan en enfermería. Algunas barreras potenciales para la diversidad de género incluyen:

• Falta de apoyo orientado a la carrera por personas significativas en la vida del estudiante de enfermería
• Falta de educadores de enfermería que sean hombres
• Falta de mentores varones
• El miedo de los hombres al contacto sospechoso cuando se atiende a pacientes mujeres
• Poco o ningún contenido del curso sobre las diferencias de comunicación entre hombres y mujeres y sobre las contribuciones de los hombres a la enfermería
• Sesgo relacionado con el sexo en rotaciones obstétricas.

Las recomendaciones para atraer y reclutar más hombres a la profesión generalmente se dirigen a las universidades, pero los hombres que ya están trabajando en el campo también desempeñan un papel en la mejora de la igualdad de género. Específicamente, los enfermeros pueden trabajar en la falta de educadores y mentores.

¿Qué significa esto para los hombres en la enfermería actualmente?

Si desea convertirse en un educador para moldear el futuro de la enfermería, es probable que necesite volver a estudiar y obtener un posgrado o especialización. Es con ese objetivo en mente que la Facultad de Enfermería y Ciencias del Cuidado de la Salud pone a su disposición diferentes programas educativos y cursos libres. Universidad Da Vinci de Guatemala está comprometida con la equidad en la educación y por ello buscamos la diversidad en las aulas para fomentarla en los campos laborales.