Un día que comenzó como cualquier otro, se convirtió en el capítulo final de una historia escrita con madrugadas de estudio, sacrificios silenciosos, perseverancia y grandes sueños. La Universidad Da Vinci de Guatemala (UDV) celebró la graduación de 193 nuevos profesionales: hombres y mujeres que, con el corazón lleno de ilusión, dieron un paso decisivo hacia el futuro.
Ya sea en Técnico, Licenciatura o Maestría. Pero más allá del número, lo que resalta es la historia detrás de cada toga y birrete.
Una de esas historias es la de Ligia Hernández, ahora Magíster en Abordaje Psicológico en Abuso Sexual y Trauma, quien tomó el micrófono y con voz firme y emocionada compartió cómo la UDV fue el puente que la conectó con su vocación: “la educación es un proceso de aprendizaje que debe disfrutarse y transformar a quien se instruye, y es por eso que en esta oportunidad no haré un listado de todos los esfuerzos y sacrificios que tuve que realizar para estar hoy aquí, pero si quiero mencionar y agradecer a la perseverancia, quien me permitió adherirme al proceso, por más desafiante que en algunos momentos pudiera parecer.”

Licenciada en Psicología Industrial y Maestría en Abordaje Psicológico del Abuso Sexual y Trauma son los primeros títulos universitarios en la familia de Flory Mendoza.

Ahora Licenciados en Administración de Negocios y Maestría en Gestión del Talento afirman que el trabajo en equipo y la perseverancia son claves para el éxito que han logrado; Eva Chaclán y Cristian Argueta.

Tras un padecimiento en su infancia, Gerson Gonzáles, refiere que no iba lograr estudiar. ahora es Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales de la UDV.

Hoy, estos graduandos no solo llevan un título, llevan una historia. Una historia de crecimiento personal, de desafíos vencidos y de sueños alcanzados. Una historia que recién comienza. César Hernández.
Durante años, estos estudiantes se formaron con docentes apasionados, tecnología moderna y experiencias reales que los impulsaron a pensar diferente, a cuestionar, a innovar. La UDV no solo les dio una carrera, les dio una visión, un propósito, una comunidad. En un mundo donde todo cambia a pasos agigantados, ellos decidieron invertir en lo único que siempre abre puertas: el conocimiento. Y la Universidad Da Vinci fue su aliada. Porque aquí no solo se forman profesionales, se forman personas con valores, ética y compromiso con su entorno.

