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El sabor económico del café en Guatemala

 Si el café fuese una persona en Guatemala, sería una de las que reclamarían por ser poco reconocidas y apreciadas en su labor de crear placenteros estímulos para actividades laborales o recreativas, además de representar una destacada importancia en la actividad económica y laboral del país. 

Cuántos al degustar de una taza de café se plantean sobre el origen de esta bebida oscura, amarga y estimulante…  Sin duda muy pocos. Sin embargo, es la más ampliamente distribuida y consumida en el mundo y quizá muy pocos saben que hace menos de cuatrocientos años era totalmente desconocida en América y consumida únicamente por pequeñas poblaciones de regiones de Asia Menor y Europa del este. 

Siendo la planta de café originaria de Etiopia y consumida por la cultura oriental, llega a Europa en el siglo XVII, en medio del asedio del imperio turco.  Es decir, que si recordamos los principales productos que trajeron los españoles a América en sus primeras llegadas, no estaba entre sus alacenas esta bebida aromática. 

Viena fue la primera ciudad en establecer un sitio de venta de café, tomando curiosamente el nombre de la misma bebida, -Café- tal y como es actualmente conocido en cualquier parte del mundo, aunque además se ofrezcan otras bebidas, prevaleciendo en estos ambientes condiciones propicias para las tertulias y el esparcimiento. 

El consumo de café ha ido en constante incremento a pesar que durante años fue de consumo exclusivo de clases privilegiadas europeas. Fue en climas tropicales y subtropicales americanos donde encontró las condiciones ambientales y agronómicas óptimas para convertirse, en poco más de dos siglos, en la zona de mayor expansión y producción desde el siglo XVIII hasta la actualidad. 

Guatemala está entre los cinco primeros países productores y exportadores de café en Latino América.  Con el gobierno liberal de Justo Rufino Barrios se promueve con gran ímpetu, facilitando a nacionales y extranjeros tierras y medios para su impulso en el marco de una ideología positivista, propia de aquella época en América, producido con fines exclusivamente de exportación. 

Mucho habría que decir de los beneficios y perjuicios causados en el largo proceso productivo del café en Guatemala, desde el propio cultivo y su comercialización, pero independientemente es una realidad que el café es parte de la cultura guatemalteca, tanto en el plano productivo y comercial como del propio consumo, aunque como se indica antes, su propósito inicial fue el mercado extranjero. 

Los países del primer mundo son quienes consumen más café en la actualidad. A continuación, se da a conocer el consumo medio por persona en kilogramos por año, de acuerdo a Coffee IQ (2015):    Finlandia 9.5 y Noruega 7.3; Guatemala 1.2. (Muñoz, 2017) 

Los sectores nacionales vinculados al grano, promueven de varias formas el consumo interno. Es común ver tiendas de café, (Coffe Shops) kisocos, Café Baristas o cadenas de restaurantes, que de manera diferenciada ofrecen variadas y selectas formas de consumo para incrementar y promover el mercado interno. Si bien, a nivel internacional el producto es bien reconocido por su excelente calidad, a nivel local no es un producto de consumo privilegiado ni destacado en la canasta familiar guatemalteca. 

En el plano económico social, la producción de café representa en costos de producción más del 60% en mano de obra, lo cual no deja de ser una importante fuente de empleo en el área rural, en las zonas cafetaleras. En el plano comercial es el segundo lugar en importancia de exportaciones de productos agrícolas, solo por detrás del azúcar y muy de cerca del banano. 

Sin embargo, desde finales del siglo pasado, la caída de los precios del café llegó a niveles insospechados, causando una verdadera crisis en los productores, a tal punto que hizo abandonar de manera definitiva grandes extensiones de tierras o ser reemplazadas por otros cultivos o pastizales. 

En el Marco del XVIII Congreso de Caficultura celebrado en agosto del año 2017, Ricardo Arenas Presidente de Anacafé, refiere que en Guatemala existen 125.000 familias productoras de este grano en 210 municipios de los 22 departamentos, lo que genera hasta dos millones de empleos. 

El objetivo del mencionado Congreso de la Caficultura, es actualizar los conocimientos de los productores sobre la situación de la cadena del café, tanto en el país como a nivel internacional. (ACAN-EFE, 2017) 

Si bien la lucha de cualquier productor en cualquier sector es colocar el producto en el mercado extranjero, contar con un mercado local puede ser determinante para su supervivencia en épocas críticas del mercado externo. 

Es importante conocer las implicaciones y variados factores que están más allá del propio manejo agronómico, considerando que a pesar de haber encontrado en nuestra región las condiciones climatológicas ideales, combinadas con favorables características de mano de obra, no son suficientes para garantizar el éxito de la producción sostenida en todas las regiones de tradición cafetalera nacional. 

En el plano ambiental, el cultivo del café es una importante forma de reforestación de áreas degradadas o con usos limitados para la producción agrícola y de gran importancia en la generación de oxígeno, conservación de suelos y la protección de la vida silvestre nacional. 

Uno de los objetivos, indica el líder cafetalero, es fortalecer los ejes estratégicos de sostenibilidad, la búsqueda de alianzas estratégicas, explorar nuevos nichos de mercado, que el café participe en las mejores ferias del mundo y apoyar en salud, educación, seguridad alimentaria y nutricional de los caficultores del área rural. 

Los destinos de la producción actualmente son Estados Unidos, Unión Europea, Japón y Canadá; y representa más de $US 664 millones anuales.  A decir del mencionado dirigente, el desafío es la apertura de nuevos mercados como son China, Rusia, Turquía, Marruecos y países árabes.  (ACAN-EFE, 2017) 

El café no es la excepción, la lucha por posicionarse, mantenerse y a veces sobrevivir en el mercado es un batallar de este grano, como de otros productos agrícolas más; algunos desaparecen sin ni siquiera hacerse de un pequeño espacio en el mercado de “rechazo” nacional, antes que en definitiva desaparezcan por falta de demanda del mercado externo. 

Hasta hoy, el tímido, pero firme consumo nacional de café, independientemente de las fluctuaciones de bolsa, las advertencias médicas por exceso de su consumo y no pocas razones más en su contra, seguirá inexorablemente esa tendencia local y no precisamente por promover y apoyar a más de cien mil familias guatemaltecas que dependen de él. 

Aquí una hermosa sentencia de Charles Maurice de Talleyryrand sobre la bebida: “El café debe ser caliente como el infierno, negro como el diablo, puro como el ángel y dulce como el amor”. 

  

Referencias: 

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    Mario dice:

    Cuando visite Huehuetenango, conozca más sobre este tema en Café La Tinaja.